Hace un par de
semanas, una compañera de clase comentó
la noticia de que se iban a suprimir subvenciones para los estudios musicales.
En relación a esto me gustaría hace un comentario totalmente personal sobre la
cuestión.
Durante un
largo periodo de tiempo he dedicado parte de mi vida a la música, y aunque de
alguna manera siga dedicándome a ella, dejé los estudios musicales hace ya unos
años. Aún así mantengo amigos y conocidos que han querido seguir dedicando su
vida a dar vida y sentido a los demás a través de la música.
La crítica que
hago a esta noticia la puedo basar en mi propia experiencia y en la de mis
compañeros. En España la música es un hobby más, a mi parecer no se considera
ni cultura, es algo que está ahí porque el resto de países también lo tienen,
pero ni de lejos llega al nivel no solo de compromiso sino de valoración que se
le ha de dar. En mi caso, y no es particular sino más extendido de lo que
parece, me vi obligada a dejar mis estudios musicales porque eran incompatibles
con los estudios de bachillerato y universidad. Algunos de mis compañeros
siguieron y abandonaron el resto de estudios, y ahora a estas alturas van a
quitar las subvenciones… ¡¡Como si no fuera ya bastante locura continuar los
estudios musicales y abandonar los otros en un país como este, añádele que a
partir de ahora te lo pagas todo tú!!
Creo que poca gente es consciente
de la dedicación que tiene la música y su utilidad, y me molesta, me molesta
muchísimo que ahora esté pasando todo esto. Es que este es un país de broma en
el que solo se valoran los putos deportes y ¡ya está bien! Por favor, pensemos
un poco ¿qué es la música? La música lo es TODO, la música está en todos lados,
la música nos cambia, nos reconforta, nos entristece y nos alegra… la música expresa
todo lo que no podemos expresar, incluso me ayudaría ahora mismo a explicar lo
que intento explicar.
No digo que la
música sea lo único que vale, digo que se la valore como es. En el resto de países
quien no toca un instrumento es el raro, en España cuando vas con un violín a
la espalda tus compañeros de colegio te dicen (esto es verídico): “¿Qué llevas ahí? ¿Una guitarra
de las enanas mexicanas?” Ni saben que es un violín, ni saben que a lo que se
refieren es a un ukelele, ni saben que no es mejicano. ¿Y esto a que se debe? ¿Son
unos incultos? ¡Si, lo son! Pero no por su culpa, sino por la precaria educación
musical que se da en España en los colegios e institutos, ese es el problema. Pero dejemos de lado que no sepan que es un ukelele, que no sepan que es una corchea
o que desconocen que es un arpegio; en el fondo eso es lo de menos, lo
importante es lo sensorial.
Una vez leí un
artículo que reconocía que aquellos niños que habían tomado clases de música
tenían facultades más desarrolladas que el resto de los niños, en especial eran
personas más constantes, con más atención y madurez. Sinceramente, lo
que dice el artículo me da exactamente lo mismo, lo que sí pienso es que
aquellas personas que han tomado clases de música, han vivido con las música en sus casas o tienen
la gran suerte de tener atracción por la música de manera innata son personas diferente.
Y lo digo sin ninguna duda, para mí, la música explota un sexto sentido, una sensibilidad
superior, un “algo” que nadie puede
entender si no lo siente también. Y para conseguir esto no hace falta centrarlo
en la música clásica, da igual el tipo de música, la igual el grupo… lo
importante, lo realmente importante es lo que te transmite y lo que te hace
sentir; y esto, este sentimiento, esto que nos hace ser mejor persona es lo que
nos tienen que enseñar, lo que se tiene que impartir en la escuela.
Tengo fe ciega
en que si a la música si se le da el valor que tiene, puede cambiar el mundo…
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