lunes, 21 de enero de 2013

Reflexión de la exposición sobre Educación (21/01/13)


¿Hasta qué punto la educación es igualitaria?

La educación al igual que los medios de comunicación sirve para influir en el comportamiento de las personas y crear ideas preconcebidas de cómo es el mundo o los estereotipos que encarnar otros grupos. En muchos casos y como diría un profesor que tuve el placer de que me impartiera clases de antropología “la institución educativa no siempre forma, sino deforma a los estudiantes para convertirlos en lo que queramos que sean”. Pero sobre todo, según mi pensamiento y basándome en varias teorías que a continuación expondré, a pesar de que la intención de la educación sea facilitar la igualdad de oportunidades y la movilidad social a través de méritos y logros, y puesto que quizá sin ella esto no sería posible a una escala tal alta; en su mayoría acaba convirtiéndose en otro elemento más de perpetuidad de la estratificación.

Se tiende a creer que la educación ayudará a disminuir las desigualdades e incluso a conseguir el ascenso social de las clases más bajas, pues a través de ésta, nos encontraríamos en igualdad de condiciones para enfrentarnos al mundo el día de mañana. En cambio si partimos de la teoría de la reproducción social, esto no sería así. Ya Basil Bernstein estudiando los códigos lingüísticos, indica que el aprendizaje del niño en el ámbito familiar condicionará su sociabilización a nivel académico. De este modo, los niños que pertenecen a la clase obrera mantendrán un lenguaje con código restringido, en el que los supuestos no están explicitados y descansa en un entendimiento cultural entre iguales, por el que no se necesita explicación elaborada, sino que se busca en el entendimiento a través del contexto en el que se enmarca lo que se quiere decir. Suele tratarse de oraciones incompletas en las que los valores y normas se dan por supuestos, y su enfoque tiende más a las experiencias prácticas. Las clases medias y altas se caracterizan por tener un código más elaborado, y tienden al uso deliberado de palabras para conseguir un significado más concreto. Las ideas que se pretenden expresar no suelen estar ligadas a un contexto y son más abstractas. Por lo que su adaptación a la escuela será más fácil, ya que el lenguaje utilizado en ella se asemeja más al que están acostumbrados a compartir en su ámbito familiar.

Además podemos incorporar a esta misma, la Teoría de Bourdieu sobre el capital cultural. No sólo parte de la idea de que hay una vertiente especifica en la que influye en capital económico de las familias entre otras cosas, sino que además propone otra vertiente implícita en la que la familia de clase alta deja en herencia a los niños hábitos que favorecerían su desenvolvimiento en el aula. Lo que él llamaría “Ideología del don”, partiría de las mismas premisas que Bermstein, pero incluiría además hábitos, maneras de comportarse, etc.  Por lo que propondría una visión estática de la escuela, en la que no existe una posibilidad de cambio; la cultura está identificada con las clases altas.

Por otro lado Bowles y Gintis, plantean que la escuela sólo reproduce a edades muy tempranas las relaciones económicas que se implantarán en la edad adulta, siendo una réplica de la división jerárquica del trabajo. En el libro “La institución escolar en la América capitalista” se muestra como se tiende a un tira y afloja en cuanto a las reformas de la enseñanza en EE.UU. donde existe un esfuerzo por conseguir capacitaciones, igualdad de oportunidades y el crecimiento personal; pero se observa cómo se ven frustradas estas dos últimas condiciones.

Partiendo de todas estas teorías, y aunque otros sociólogos como Parsons crean fielmente en el papel tan importante que tiene la educación para ayudarnos a conseguir un consenso social en el que sean valorados los méritos y logros, y por tanto se consiga una igualdad y una posibilidad de movilidad social; por mi parte no puedo omitir la existencia de barreras que se observan desde la infancia para conseguir esta movilidad tan deseada. Es obvio que la distinción entre clases parte incluso de una separación a nivel geográfico, las clases altas tienen a centralizarse en unos barrios, y la clase obrera en otros. Si tenemos en cuenta esta premisa, podremos reconocer que incluso en cuestión de interrelación entre ambos ya hay dificultades. Por otro lado, esta localización más o menos concreta y el mayor nivel económico que tiende a poseer la clase alta, tiene como consecuencia que la mayoría de sus hijos pertenezcan a colegios concertados o privados, los cuales también suelen encontrarse en sus alrededores. En el caso de las clases bajas se reproduce el mismo sistema pero con colegios públicos. Si los profesores siguen un plan estipulado por cada comunidad autónoma (en el caso de España) ¿dónde está el problema si en ambos se imparte lo mismo? La diferencia de lenguaje y hábitos entre las clases y su disposición tan concreta en un tipo u otro de colegio, hace que finalmente el desarrollo de cada colegio funcione de distinta manera. Y por tanto en muchos casos, se acaben perpetuando las diferencias y las desigualdades entre clases, que acarrearán también a una persistencia en el tipo de trabajos desarrollados por cada clase partiendo del contexto al que pertenecen tanto en el colegio, en sus casas o en el barrio.

            La conclusión es que a pesar de que la escuela permita una igualdad de oportunidades, también se ve influida por la diferenciación de clases, y acaba reflejando estas diferenciaciones en la distinta educación de cada clase, por lo que las diferencias se siguen perpetuando. Pongamos un ejemplo para que se vea más claro: Si un@ estudiante quiere hacer medicina, necesita una nota de corte muy elevada, las posibilidades de conseguir esa nota alta se verán muy influidas por el tipo de colegio al que esta persona haya asistido. Si los padres se han podido permitir un colegio de pago en el que las clases son más intensivas, tiene un horario lectivo en verano o las clases extra-escolares son más especializadas, influirá en su educación. Aun que el temario sea el mismo, dedicará más tiempo al estudio, su lenguaje será más apto para la adaptación en la escuela y por tanto acabará teniendo más facilidades para acceder a la carrera de medicina. Por supuesto todo esto es un ejemplo, y sin duda si nos centráramos en casos particulares podremos observar que no necesariamente tiene que ser así. Pero no negaremos que aunque el nivel de capacidades intelectuales sea el mismo, el alumn@ del clase alta juega con una mayor número de oportunidades. Sin tener en cuenta ni incluir que ese/a niñ@ de clase alta al que no le ha llegado la nota en selectividad acabe teniendo la gran suerte de que sus padres le puedan pagar los estudios en una universidad  privada y así no verá frustrado su sueño. Todo esta sucesión de causas no igualitarias, demuestra que obviamente la igualdad de oportunidades es a lo que se aspira, pero sigue estando muy influenciada por factores que le otorgan un carácter utópico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario